Si las frutas y verduras te sulibeyan, pero te dejas seducir por un chuletón, entonces perteneces a esta nueva especie que lleva un régimen equilibrado sin dejar de lado la carne.
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Ser flexitariano es como tener una relación abierta con las frutas y las verduras. Ellas son tus compañeras, tus amigas, a las que ves cada día, las que te proporcionan la energía que necesitas para seguir adelante. Pero si algún día caes en la tentación y no puedes resistirte a ese bistec que te guiña provocativamente el ojo, aquí no ha pasado nada. Vuelves al hogar vegetariano tras tu desliz sin remordimientos ni autoengaños. No se ha roto nada. Son cosas que pasan. E incluso está bien que pasen. Eso sí, la excepción no puede convertirse en la norma.
1. Cuestión de frecuencia
Básicamente, los flexitarianos se alimentan de frutas, verduras, legumbres y cereales, pero no se cierran en banda a otro tipo de alimentos, como los que prohíbe la dieta vegetariana: carne y pescado. Se suele decir que consumen un 80% de dieta vegetariana y un 20% que no lo es. Pero la clave no está ahí. Lo que los caracteriza es que los alimentos de origen animal aparecen muy de vez en cuando en su dieta. Lo que diferencia este régimen de otros es lo esporádico (pero no prohibido) del consumo de carne y pescado. ¿Qué diferencia hay entonces con un vegetariano que un día se salta el respeto al flexitariano? Pues siguiendo la filosofía vegetariana, este habrá cambiado su dieta, habrá incurrido en algo que a priori no podía hacer para ser fiel a los valores por los que ha optado. En cambio, el flexitariano, de alguna forma, únicamente ha ejercido una de las opciones que se permite.
2. La dieta
3. La elección de la carne
Resulta realmente práctico poder comer de todo cuando vas a un restaurante o ese día en que la madre de tu novia decide preparar cocido para agasajarte. Pero las excepciones que hacen los flexitarianos no suelen tener tanto que ver con los compromisos sociales como con el tipo de carne que escogen para ponerle los cuernos a la verdurita. Ya que han optado por cuidarse, suelen alejarse de las carnes rojas y escoger blancas. Varios estudios demuestran que las carnes rojas pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer. Por ello, muchos son los flexitarianos que apuestan únicamente por aves de corral y pescado. En muchos casos también adquieren carnes ecológicas. En general, la dieta vegetariana supone un gran ahorro entre los que la llevan a cabo, por lo que rascarse el bolsillo para tener carne de calidad no supone un sacrificio tan grande.
4. Semillas al poder
5. Adelgazar sin pasar hambre
Uno de los efectos de esta alimentación es que regula el peso. A diferencia de otras dietas, que suponen reducir la ingesta y, por ende, pasar hambre, esta no pone frenos a la cantidad de alimentos que tomes. De todos modos, si quieres conseguir bajar peso con esta dieta, no podrás abusar de los frutos secos que aunque son muy saludables, resultan muy calóricos.
6. Beneficios probados

Comentarios
buenos consejos y buen
buenos consejos y buen artículo!
me anoto esta dieta! ;)
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