Si hay algo que crece sin parar, de forma casi exponencial, es Internet. Hace unos años navegábamos por páginas muy ligeras, simples y con poco contenido. También los programas de mensajería, por ejemplo, nada tenían que ver con lo que hay ahora. La velocidad de conexión, claro, era muy distinta. Nada tenía que ver con la actual. Ahora cada vez pesan más las páginas, hay más contenido y, sobre todo, más usuarios en la red.